Puse un aviso clasificado buscando músicos para armar los temas del disco y entre los llamados y mensajes, apareció Gonza. Cuando entré a su casa me recibió con un abrazo y un HOLA QUERIDO, como un viejo amigo feliz por el reencuentro. El departamento tenía una suerte de estudio de grabación en un rincón, con todos sus instrumentos conectados y listos, como esperándonos.
Nos hicimos una pequeña presentación personal y musical de una media hora.
Que queres hacer? Mostrame. Saqué la guitarra y un cuaderno y canté algunas de las canciones. Escuchaba y adivinaba los tonos en el teclado, desviando la mirada hacia arriba, como decidiendo la orquestación para las melodías. Bueno, listo. Te parece juntarnos un par de veces por semana? pero no llames a nadie más, lo armamos nosotros dos y después mezclamos en estudio. Genial.
Fui descubriendo y admirando a Gonzalo mientras armábamos el disco. Un talento escondido de 25 años, disfrazado de abogado, que en su tiempo libre le ponía además de la voz, arte y buen gusto a las canciones.
Hace algunos años perdí a mi mejor amigo y hermano menor de música, El Chino. Esta amistad se parece mucho a aquella. Debe ser por eso que en tan poco tiempo lo quiero tanto a Gonza y festejo el tenerlo como amigo. Salud!
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